¿Cuál sería el resultado de aumentar las
penas por aborto?
El
25 de Octubre se encontró una clínica clandestina para abortos en Calle Fallas
de Desamparados. La reacción del diputado evangélico, Fabrico Alvarado, no se hizo esperar. Haciendo un llamado a rechazar el aborto, avisó que presentará un proyecto de ley ‘‘para
que las penas por aborto aumenten en este país’’, pero vale la pena preguntarse
¿realmente un aumento en las penas por abortos se traducirá en una disminución
en la práctica del mismo?
Es
difícil encontrar una respuesta a esa pregunta. Los datos de prácticas ilegales
siempre suelen ser poco claros, ya que no existe un incentivo por reportarlos,
sin embargo, al menos desde la economía, si se ha teorizado al respecto. Quizás
el más influyente trabajo en esta área ha sido el documento ‘‘Crimen y Castigo,un enfoque económico’’ publicado por Gary Becker en 1974. Este trabajo (entre
muchas otras cosas) establece que una persona comete un crimen cuando espera obtener más beneficio al cometerlo que al no cometerlo.
Esto
suena muy sencillo y conceptualmente lo es, las personas obtienen un beneficio
de cometer un crimen, (más dinero, influencia, poder, etc.) este beneficio está relacionado a un castigo y a una posibilidad de que el castigo se lleve a cabo (es decir, que uno sea encontrado culpable y el proceso judicial lo lleve a uno a la cárcel o a pagar una multa). Si la posibilidad de ser castigado es muy grande y el
castigo muy severo, las personas no sentirán que valga la pena cometer el crimen.,
Por otro lado, si el castigo es pequeño y la posibilidad de ser atrapado es
baja, la decisión racional será cometer el crimen. ¿Cómo verlo desde el punto
de vista del aborto?
El aborto es un crimen dentro de la legislación costarricense estipulado dentro del Código Penal, desde el artículo 118 al 122. Actualmente, dependiendo de la situación, sus penas varían de 3 meses a 3 años (excepto en el caso que se realice el aborto sin consentimiento de la mujer, delito cuya pena alcanza los 10 años).
Dentro
de la lógica expuesta por Becker, un aumento a las penas por aborto aumentaría el castigo estipulado. De acorde con esto, en efecto disminuirían los incentivos de las personas a cometer ''el crimen de abortar'' y, marginalmente, podría disminuir la incidencia del aborto. Sin embargo, para asegurar que esto suceda, es necesario ver cual es el beneficio que se obtiene al cometer el ''crimen de abortar'' y la posibilidad de que el castigo se lleve a cabo. Si el beneficio es muy grande, o las probabilidades de ser castigado son muy bajas, el crimen se cometerá, aunque el castigo sea muy severo
Así,
en la situación actual, las ‘‘abortistas’’ (cómo las llama el diputado
Alvarado), de someterse a un aborto, obtendrían como beneficio el evitar un
parto no deseado. Evitarían uno de los peores dolores que puede experimentar un humano y se ahorrarían una experiencia sumamente traumática -tanto física como psicológica-. También evitarían una reducción muy significativa de sus oportunidades,
de su ingreso y de su tiempo, al menos por los próximos 18 años de su vida. El beneficio de cometer el ''crimen de abortar'', podríamos asegurar, es bastante grande.
Por
otro lado, las posibilidades de que el aborto realizado se penalice son
muy bajas, esto porque el acceso a información (hoy en día) es virtualmente
imposible de detener sin violentar derechos constitucionales básicos. Por otro
lado al ser una práctica legal en muchos países, no es particularmente difícil
obtener equipo o capacitación para realizarla y al haber tanta demanda, es
normal que se cree un mercado negro organizado (con los muchísimos efectos
adversos que traen los mercados negros) para ofrecer el acceso al aborto. Para
poder efectivamente combatir el aborto, se requieren muchísimos recursos e
inteligencia costosa y estoy seguro que el diputado Alvarado conoce las
limitantes de nuestro estado.
Viendo
todo lo anterior, es teóricamente apropiado pensar que un aumento en las penas
podría reducir la incidencia del aborto, pero es racional pensar que su efecto,
de existir, es muy reducido. Esto porque aunque el castigo sea muy grande, las posibilidades de llevar a cabo estos castigos son muy pocas. Más aún, si tomamos en cuenta que, al ser una práctica legal
en otros países, esta medida solo tendría efecto en quien no tenga los recursos
para salir del país -Una persona perfectamente puede salir del país y practicar el aborto afuera con plena seguridad de no ser castigada-.
El
propio diputado Alvarado, admitió en la entrevista que el dio a La República,
que esta medida es insuficiente, y que hace falta educación y cultura, sin embargo,
él es el representante de un partido que activamente se opuso a las guías deeducación sexual en los colegios y que constantemente ataca a las institucionesque velan por empoderar a las mujeres, cuando es claro que la mejor forma de
evitar un aborto es evitando un embarazo no deseado, y la mejor forma de hacer
esto es a través de educación y empoderamiento.
No
estoy tratando de dar mi punto de vista en el tema del aborto. Yo creo que aún
la persona más en favor del derecho de decidir de la mujer, puede asegurar que
el aborto no es algo que se haga deseosamente. Simplemente creo que la
medida que propone el diputado Alvarado, no evitaría que las personas sigan
accediendo al aborto, pero si tiene implicaciones en el discurso político y en
la forma en que conceptualicemos la política pública costarricense. Sigue la linea del castigo como única solución y sigue la línea de sistemáticamente ignorar las necesidades y las realidades de muchas mujeres. Es esto lo que preocupa, no el proyecto de ley.
Aclaración: esto no es un estudio sistemático
del caso del aborto, no poseo y representa grandes dificultades obtener datos
para concluir de manera contundente, simplemente se trata de una observación
teórica, basada en supuestos razonables.
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