Donald
Trump le prohibió la entrada temporalmente a todos los ciudadanos de 7 países
con mayoría musulmana, indiferentemente de su status migratorio en los Estados
Unidos. Sobra decir que esto generó una muy esperada protesta por parte de los
ciudadanos que no comparten los puntos de vista del Presidente, pero más allá
de las consideraciones humanitarias, creo que todo ciudadano estadounidense (y
del mundo) tiene razones de sobra para preocuparse por este accionar.
Mucho
se ha hablado (y se debe hablar) del debate alrededor de las consideraciones
éticas de la medida, pero poco se ha tratado el tema desde una perspectiva
diferente, desde una perspectiva que se aleje de las consideraciones
ideológicas y se centre en una pregunta básica: ¿Cuáles fueron las
consecuencias de la medida? ¿Cuáles fueron los costos y los beneficios? Desde
esta perspectiva, es claro que la medida es absurda, atropellada, improvisada y
completamente indigna de la envestidura del Presidente de los Estados Unidos…
Suponiendo que preocupaciones sobre la seguridad nacional fueron la motivación.
La
prohibición repentina generó caos. 109 personas quedaron atrapadas en los aeropuertos de Estados Unidos. Es difícil
además cuantificar el impacto que esto le pudo generar a las aerolíneas, pero estas
tuvieron que dar reembolsos a varios pasajeros y según Market Watch,
las acciones de las aerolíneas ya empezaron a caer, protestas multitudinariasse dieron alrededor de todo el Estados Unidos y a nivel general, la medida generóconfusión y mostró deficiencias de logística no despreciables en las acciones
del Presidente.(sin mencionar la ausencia de varios
países que contabilizan mucho más jihadistas que los incluidos en la orden
ejecutiva).
Todo
esto pudo haberse evitado, generando los mismos nefastos resultados, o
inclusive con mayor efectividad, si tan sólo se hubieran tomado dos minutos
para pensar una estrategia. Si hubieran anunciado la orden ejecutiva a tiempo,
al menos dentro de las autoridades correspondientes y se le hubiera notificado
a las aerolíneas que no le permitieran a estas personas abordar en el debido
momento. La administración prefirió el desorden improvisado. Incluso quien
apoye estas medidas ha de admitir que su ejecución dejó mucho que desear…. Suponiendo
que preocupaciones sobre la seguridad nacional fueron la motivación.
Pero
¿Y si está no fue la motivación?. En política, la forma importa tanto, o
incluso a veces más que el contenido. Y aunque bien podríamos pensar que Donald
Trump es inepto y no comprende esto, lo cierto es que si algo lo llevo a la
presidencia, fue precisamente la comprensión de este principio. La comprensión de que puede usar el matonismo, de que es la fuente de su poder y mientras pueda imponer su voluntad no le importarán
los controles institucionales. Trump esperaba las protestas y el desorden, y decidió
esa vía para imponer sus “controles migratorios”. Trump en menos de dos semanas
está incitando con órdenes ejecutivas a sus opositores a enfrentarse, muy a
sabiendas de que entre más logre imponer su voluntad, más logrará imponerla en
el futuro. ¿Aún habrá quien crea que esto se trata de seguridad nacional?
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