Quizás por la manía que a veces tengo de hilvanar sobre un hecho y sacarle más jugo del que realmente tiene, me he sentido bastante atraído por la iniciativa de movember. Para explicar un poco movember es una campaña que nació en Australia cuando un grupo de amigos dejó crecer su bigote durante el mes de noviembre en solidaridad de un compañero que luchaba contra el cáncer de próstata. Esto poco a poco fue creciendo y hoy hombres de todo el mundo realizan eventos, donaciones y dejan crecer su bigote en el mes de noviembre para concientizar y luchar contra el cáncer de próstata, el cáncer testicular, la depresión masculina y demás problemas de salud de los varones.
Tras analizar he llegado a la conclusión de que la campaña tiene alcances e implicaciones que probablemente ni los mismos creadores consideraron. Más allá de la lucha contra el cáncer, contra la depresión, más allá de los problemas fisiológicos del hombre, la campaña termina por calar socialmente y tratar un tema importante, la vulnerabilidad del hombre.
No es por simple antojo que la depresión masculina esté dentro de los problemas de salud del hombre, las implicaciones sociales detrás de ella nos invitan a reformular el concepto de lo que es ‘‘ser hombre’’ y a romper un esquema de identidad masculina en el cual se ve al hombre cómo fuerte, insensible, invulnerable y tosco.
Así, aunque movember nace cómo una iniciativa plenamente por la lucha del cáncer de próstata y testicular, de fondo termina por revelar que los hombres también somos vulnerables, también tenemos derecho a solidarizarnos, a ser sensibles, a llorar y a mostrar las flaquezas propias de la salud de nuestro genero. Solapadamente se hace una analogía:así cómo las mujeres deben examinarse sus senos para prevenir el cáncer de mama, los hombres debemos examinarnos nuestros testículos para prevenir el cáncer testicular.
Somos propensos a los males físicos, emocionales y sociales. Es importante que las personas (tanto nosotros mismos como las mujeres) comprendamos que NO somos inmunes a que nos suceda algo, a llorar y a sentir; que no siempre somos fuertes y seguros. Somos humanos sensibles, afectivos y propensos a sufrir por nuestra salud física y emocional.
Es por todas estas razones que, pese a que no me gusta cómo me veo estéticamente, durante noviembre me verán con un bigote (o un intento de). Es por eso que me uno a movember y me convierto en un mo bro. Unámonos a la causa, concienticemos sobre los problemas propios del hombre.
Todas las acciones pequeñas o grandes para incentivar a las personas a cuidarse del cáncer son valiosas! me parece una campaña muy muy interesante y atractiva!! que bien!!!
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