Una
encuesta del CIEP pone a la cabeza de las próximas elecciones al candidato
evangélico Fabricio Alvarado y en la misma tarde la plataforma internacional de
noticias Bloomberg, publicó la noticia de una caída en los precios de los
Eurobonos de Costa Rica, la cual
fue publicada también por El Financiero mostrando
la relación en ambos casos.
Alvarado clasificó la noticia de falsa desde supágina de Facebook, pero ¿Quién tiene razón? ¿Es verdad que la encuesta afectó
el estado de la deuda costarricense? Mi
opinión es, cómo dicen, que la verdad resiste simpleza, pero antes de
explicarla, tratemos de entender un poco de qué se trata todo esto.
Primero lo primero, ¿Qué son los eurobonos?
Los Eurobonos son títulos de deuda que el
gobierno de Costa Rica puso en el extranjero. ¿Qué es un título de deuda? Un
título de deuda es, básicamente un papel - Hoy los títulos de deuda no
son en papel, pero por simpleza imaginemos que es así- que el gobierno vende. Yo lo compro, es decir a cambio de mi dinero yo
obtengo el papel que dice que el gobierno me debe este dinero y, por un periodo
determinado de tiempo, obtengo desembolsos de dinero del gobierno por concepto
de intereses (pagos periódicos pre-definidos) y en algún momento (usualmente al
final del periodo determinado) recibo el principal -monto prestado
inicialmente-. Yo gano porque obtengo
intereses a través del tiempo y el gobierno obtiene financiamiento inmediato
que, muy probablemente, le sea necesario.
Algo
importante qué mencionar es que el papel yo lo puedo vender en lo que llaman el
mercado secundario. Esto significa que se lo doy a alguien más y recibo dinero
de esa persona a cambio. La otra persona recibe el derecho de recibir los
intereses, desde el momento en que obtiene el papel, hasta el final del periodo
determinado (vencimiento). Cuando se dice que los precios de los bonos
disminuyeron, son estos bonos a los que se refieren
Por
poner un ejemplo, supongamos que yo le doy 100 dólares al estado y el estado me
dará un papel que dice que yo recibiré 10 dólares al año por los próximos cinco
años (interés del 10%) y al final del periodo me devuelve los 100 dólares*.
Ahora, yo tengo mi título de deuda, pero yo creo que el estado no me va a poder
pagar al vencimiento ¿qué hago?, lo intento vender a menos de 100 dólares para
obtener “al menos algo”. Entonces lo vendo a 80 dólares. El precio bajó.
Ahora
quien compra este título de deuda, obtiene 10 dólares por cada año desde que lo
obtiene hasta su vencimiento y 100 dólares al final del periodo, sin embargo,
pese a que el monto nominal del interés no ha cambiado, el interés sí, ya que
este se mide de manera porcentual. Antes, yo había pagado 100 dólares y obtenía
10 de interés (un 10%), ahora la persona que obtuvo el título sigue obteniendo
10 dólares de interés cada año, pero pagó 80 dólares (no 100) por lo que el
interés ahora, en vez de un 10% es el equivalente a cuanto representa 10
dólares de 80 dólares (que fue lo que pagó la persona), es decir, el interés es
un 12,5% (y además sigue obteniendo 100 dólares al final del periodo).
¿Qué fue lo que verdaderamente pasó?
Como
se puede extrapolar de lo anteriormente citado, entre más percepción exista de
que un deudor no vaya a pagar sus
títulos de deuda, más personas van a querer vender sus títulos, como más
personas quieren venderlos hay más títulos y estos pierden su valor y se vuelven más baratos. Al volverse más
baratos los intereses aumentan. De ahí se puede concluir fácilmente que hay una
relación establecida, donde entre mayor sea el riesgo de impago, mayor es el
interés y menor el precio de un título de deuda.
Según
El Financiero (que cita a Bloomberg), “los rendimientos (intereses) de los bonos
que vencen en el 2023 subieron 14 puntos base, ubicándose en 4,88% a las 11:00
a.m., hora Nueva York, el mayor aumento
intradía desde mayo de 2017.”
Es
importante destacar que ya existía una tendencia a la baja y que varios
factores han ocasionado precisamente que la deuda de Costa Rica tenga un nivel
de riesgo alto. En primer lugar, podríamos mencionar que la calificadora de
riesgo Fitch (qué es una compañía que da criterios técnicos sobre el riesgo de
las deudas) le había bajado su calificación a Costa Rica (en otras palabras,
había dicho que la deuda del estado costarricense tenía un mayor riesgo de
impago que antes) y que la calificadora Moody’s también había mostrado su
preocupación por la deuda costarricense. Otro factor es el preocupante déficit
fiscal que se ha mantenido por varios años han sin una solución clara a la
vista. También el clima político y económico es incierto dadas las elecciones y
esto genera inquietud en los inversionistas.
Eso por mencionar algunas razones, estoy seguro que habrán muchas que estoy
omitiendo. Sin embargo, pese a que esta tendencia a la baja existía (cómo
señaló el candidato Fabricio Alvarado en su página de Facebook) lo que llama la
atención es la fuerza con la que los precios de los eurobonos bajaron (más que
el hecho de que bajara). Los puntos mencionados anteriormente explican por qué
había una tendencia a la baja, no porqué esta se aceleró el 23 de enero.
Esto
nos lleva al siguiente punto.
¿Es culpa de la encuesta publicada el 23 de
enero que hayan bajado los precios de los eurobonos?
Cualquier
economista que se respete, dirá que probar causalidad es increíblemente
complicado y creo que ninguno se atrevería a afirmar con certeza que una
encuesta fue la que generó este impacto (al menos no por sí sola) por lo que es
necesario tomarse cualquier análisis con cierto recelo. Dicho esto, también es
importante hacer algunas acotaciones importantes.
El
mercado en el que se venden los títulos de deuda es altamente competitivo.
Vender los títulos unas horas (o a veces segundos) antes puede significar
ganancias o pérdidas significativas. Si yo lo vendo antes de que la mayoría de
los agentes del mercado empiecen a hacerlo, lo puedo vender a un precio más
alto, y si lo compro antes de que la mayoría de los agentes del mercado lo
compren, lo puedo comprar mucho más barato. Es por esto que, cuando se habla de cambios como los que vimos, en una tendencia en este mercado, estos se suelen relacionar con
noticias inesperadas.
Si
fuera el cambio en la calificación de riesgo, las preocupaciones del déficit
fiscal o las constantes advertencias de firmas consultoras las que ocasionaron
el desplome ¿Por qué no se dio antes? ¿Por qué, si cada segundo cuenta, los
inversionistas esperaron hasta dos días para vender? Son quizás estas preguntas
las que llevaron al
analista de Bloomberg, Michael McDonald, a afirmar que fue
el repunte de Fabricio Alvarado el que ocasionó la estrepitosa caída. -o podrán
ser otras, Bloomberg maneja mucha información que yo no manejo porque no tengo
dinero para pagar por ella-
Por
otro lado, pudo haber sido otro evento el que ocasionó esta caída (no se me
viene a la mente ninguna otra noticia inesperada que lo pudiera explicar, pero
bien pudo ser el caso) también existe la posibilidad de que la encuesta
cementó las dudas de muchos inversionistas, que aún no se decidían por vender
sus títulos. Es decir, fue la gota que derramó el vaso, pero no necesariamente
la que lo llenó. Valdría la pena también ver, en contexto, qué tan
significativo fue el desplome (de nuevo, no tengo acceso a la bases de datos de
Bloomberg).
¿Qué implicaciones tiene esto?
Pues
la primera y más clara es que existe desconfianza de que el estado
costarricense llegue a pagar su deuda cuando esta alcance su vencimiento. Esta
desconfianza es cada vez mayor, lo cual aleja inversionistas y compromete el
financiamiento futuro del estado. Si los inversionistas dudan de la capacidad
del estado para pagar su deuda, el estado debe hacerla más atractiva, por lo
que probablemente la próxima vez que emita títulos, tendrá que pagar intereses más altos, empeorando las finanzas y haciendo que el costo de la
deuda sea mayor. No niego que las tendencias se puedan revertir, ni que el "shock" pueda ser temporal, pero si que hay muchas razones de mucho peso para
preocuparnos.
La
segunda implicación es que, si bien es cierto que no se puede afirmar que la
caída de los bonos se da por la publicación de la encuesta, también es cierto
que Fabricio Alvarado no genera confianza en los inversionistas. Si quienes
ponen su dinero en la línea de fuego creyeran que Alvarado puede sanear las
finanzas estatales, no habrían vendido sus bonos el 23 de enero, y es difícil
creer que el candidato de Renovación Costarricense genere confianza. A semana y
media de las elecciones, aún tenemos dudas sobre quien sería un potencial
Ministro de Hacienda o Presidente del Banco Central, no ha presentado a ningún
miembro de su equipo económico, no brilló en temas fiscales en sus 4 años de
diputado, ni ha mostrado, durante la campaña, que este sea su tema prioritario
(pese a que debería serlo).
Peor
aún -y quizás esto es lo más grave- es que cuando los medios dieron la noticia,
el candidato lejos de aprovechar la oportunidad para presentar una propuesta
económica que tranquilice a los inversionistas y tranquilice a los votantes, lo
que hizo fue acusar a El Financiero de dar datos falsos y días después brillan
por su ausencia las señales de que Fabricio Alvarado se esté tomando el tema fiscal
en serio. El dejar pasar una oportunidad
para reducir la incertidumbre del mercado y exponer su plan económico, aunado a
sus acciones, deja la impresión de que Alvarado desea ganar las elecciones, pero
no de que quiera (o esté preparado para) gobernar el país y enfrentarse a los
verdaderos retos delicados que esto conlleva.
Por
último, la implicación más clara, es que los votantes nos estamos fijando en
los temas menos urgentes. Mientras la preocupante situación de las finanzas del
estado, de no resolverse, perjudicará el bienestar material actual y futuro de
todos los ciudadanos, la capacidad de resolver problemas del estado y el acceso
a bienes y servicios. A semana y media de las elecciones repuntan dos
candidatos que, virtualmente, no han tocado este tema en campaña.
*el
estado lo puede incluso dar el título por menos de 100 dólares con la promesa
de dar 100 como “principal”, pero por simpleza supongamos que se da a “par”